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Abuso sexual infantil


Hablar de abuso sexual ya no es un tema que solo vemos en las historias de películas más crudas o en los noticieros…como si fuera algo salido de nuestra realidad. El abuso sexual se ha convertido en un tema de suma importancia, porque se ha hecho mucho más frecuente. Y no hablo solamente de los abusos repentinos y únicos que aparecen en las calles, me estoy enfocando más bien al abuso dentro de un sistema familiar y de carácter repetitivo.

El problema surge cuando sólo conocemos los casos públicos, casos que han sido denunciados, pero hay un porcentaje muchísimo mayor del que nadie sabe. Un tema del que no se habla por cuestiones de intereses, porque se oculta, porque da vergüenza, porque no se le cree a la víctima, para no desestructurar a una familia, etc.

Las verdades acerca del abuso sexual:

v El abuso sexual ocurre en todos los estratos sociales (bajo, medio y alto).

v El abusador o violador es una persona conocida en el entorno familiar.

v El abuso o violación es algo programado y suele ocurrir en el hogar.

v El abuso no ocurre porque las mujeres inconscientemente lo desean.

v Si una mujer no se defiende o no grita no signifique que le guste. (acá aparece el miedo)

v El abusador posee una estructura psicopática o perversa.

v El abusador no es un hombre insatisfecho sexualmente con un deseo sexual irrefrenable.


1. Definición de Violación y Abuso sexual: La violación implica la idea de fuerza y la expresión de la violencia (desgarro vaginal, presencia de esperma, infecciones, etc.). Por el contrario, el abuso se da generalmente por seducción o convencimiento (exhibición, manoseos, sexo oral, etc.).

La violación es ocasional (por lo general, una vez), mientras que el abuso es reiterado (con el mismo abusador). La violación casi siempre resulta en un hecho policial, mientras que el abuso es un hecho familiar.

Abuso sexual es involucrar niños y adolescentes dependientes e inmaduros, en proceso de desarrollo, en actividades sexuales que no alcanzan a comprender plenamente y a las cuales no son capaces de dar su consentimiento, o que violan los tabúes sociales con respecto a los roles de la familia.


Daño Psiquico: “ un deterioro, disfunción, disturbio o transtorno, o desarrollo psicogénico, que afectando sus esferas afectivas y/o intelectiva y/o volitiva, limita su capacidad de goce individual, familiar, social y/o recreativo. Bloqueando el esperado desarrollo evolutivo, lleva al niño a un crecimiento deficiente que involucra tanto transtornos de comportamiento, como cognitivos, físicos, sociales y afectivos”

Trauma: “un trauma psíquico ocurre cuando un golpe emocional intenso e inesperado o una serie de gopes asaltan a la persona desde afuera y se incorpora en la mente. La persona probablemente no se sienta traumatizada hasta tanto no lo viva desde una postura de indefensión.

Hay dos tipos de víctimas, aquellas que lo sufrieron una sola vez y las que fueron victimizadas crónicamente. En el primer caso el hecho los toma de sorpresa, y los niños tienen una visión más clara del evento. En el segundo caso el niño difícilmente recuerde el trauma con claridad porque al haber sido una situación anticipada y temida se movilizan en él los mecanismos defensivos de disociación, en los que se aíslan trozos de lo vivido fuera de la consciencia, y el niño, entonces, olvida o niega.

2. Características del abuso sexual: pueden ser de lesiones en la zona genital o penetración, masturbación mutua con manoseos o exhibición de material pornográfico, etc.

La estimulación puede ser sin contacto (observar la desnudez del niño, hacer presenciar al niño una relación sexual o una masturbación, uso de pornografía, literatura erótica, estímulos sexuales, etc.) o con contacto (acariciar los genitales o los muslos del niño, pedirle al niño que acaricie los genitales del adulto, pedirle que masturbe al adulto o masturbar al niño, etc.) En la mayoría de los casos, el perpetrador realiza este tipo de estimulación sexual sin penetración, ya que el abusador no quiere dejar huellas. O con intrusión (penetración genital, anal o vaginal, sexo oral, etc.

El método que puede usar el abusador va de la violencia física que ocurre raras veces, convencimiento por amenaza hasta el convencimiento por seducción prometiéndole premios y privilegios.

3. Características del abusador: es extremadamente protector o celoso del niño, pudo haber sido victima de abuso sexual en su infancia, presenta dificultades en la relación de pareja, es aislado socialmente, puede presentar abuso de drogas o alcohol, frecuentemente ausente en el hogar y con baja autoestima o problemas psicopatológicos.


4. Indicadores de abuso sexual en menores:

· Físicos (dolor, golpes, quemadura o heridas en la zona genital o anal, cérvix o vulva hinchadas o rojas, semen en la boca, en los genitales o en la ropa, ropa interior rasgada, manchada y ensangrentada, enfermedades de transmisión sexual en genitales, ano, boca u ojos, dificultad para andar y sentarse, enuresis o encopresis)

· Comportamentales (pérdida de apetito; llantos frecuentes; miedo a estas solo/a; rechazo al padre a la madre de forma repentina; cambios bruscos de conducta; resistencia a desnudarse y bañarse; aislamiento y rechazo de las relaciones sociales; problemas escolares o rechazo a la escuela; fantasías de conductas regresivas como chuparse el dedo orinarse en la cama; tendencias al secretismo; agresividad; autolesiones o intentos de suicidio).

· En la esfera sexual (rechazo a las caricias, caricias y contacto físico; conductas seductoras; conductas precoces o conocimiento sexual inadecuado para su edad; interés exagerado por los comportamientos sexuales de los adultos; confusión sobre la orientación sexual).

5. Consecuencias a corto plazo del abuso sexual en niños y adolescentes: 

Conductuales (consumo de drogas o alcohol, huidas del hogar, conductas autolesivas o suicidas, hiperactividad, bajo rendimiento académico, etc.).

Emocionales (miedo generalizado, hostilidad y agresividad, culpa y vergüenza, depresión, ansiedad, baja autoestima y sentimientos de estigmatización, rechazo del propio cuerpo, desconfianza y rencor hacia los adultos, trastorno de estrés postraumático).

Sexuales (conocimiento sexual precoz o inapropiado para su edad, masturbación compulsiva, excesiva curiosidad sexual, conductas exhibicionistas, problemas de identidad sexual, etc).

Sociales (déficit en habilidades sociales, retraimietno social, conductas antisociales, etc).

6. El síndrome de acomodación

6.1. El secreto
Ningún niño está preparado para enfrentar la posibilidad de ser abusado por un adulto en quien confía. Esta posibilidad es un secreto bien guardado aun entre adultos. Lo que menos imagina una niña es que pueda ser abusada por su propio padre, de quien espera protección y cariño. Entonces la víctima queda a merced del abusador para tratar de comprender qué sucede. De todas las “explicaciones” ilógicas y egoístas que recibe de su abusador, la niña sólo entiende que algo malo está sucediendo, que es peligroso y que debe guardar silencio al respecto. El miedo a no ser creído, a ser culpado de mentiroso e imaginativo, a perder el amor de los padres es una amenaza terrible para el niño. Una niña que es abusada por su padre y no creída por su madre ha quedado huérfana, psicológicamente hablando.

El secreto se convierte, entonces, en una doble fuente: por un lado, de allí nace el temor; y por el otro, brinda una promesa de seguridad, ya que al permanecer callada “protege” a su familia y a ella misma.

Los niños deben ser creídos cuando mencionen alguna actitud abusiva hacia ellos. El enjuiciamiento y la negación por parte de la madre hacen que el secreto quede aún más arraigado en lo profundo de su corazón.

6.2. La desprotección
Muchas personas esperan que el niño actúe como un adulto frente al abuso sexual. Si no lo hacen, piensan que el niño “es cómplice del abuso” o que “le gustó”. No es fácil para una niña sentirse amparada cuando el abusador es alguien jerárquicamente superior a ella, alguien a quien ella debe “respetar y obedecer”.

La verdad es que la mayoría de los niños no puede reaccionar y queda paralizado. La única “defensa” posible es “hacerse la dormida”, cubrirse con la frazada y hacer como si nada, entre sus escasos recursos.

Esta falta de reacción por parte de la niña generará luego una gran culpa por creer que provocó el hecho o de que podía haberse defendido pero no lo hizo.

6.3. La acomodación
El perpetrador sabe que puede acceder a su víctima fácilmente. Ella vive con él en la misma casa y la ve todos los días; sólo debe ir y abusar de ella. Así, se produce una conducta adictiva y repetitiva, a la cual solamente el descubrimiento pondrá fin. De esta manera, lo único que el niño puede hacer es aprender a sobrevivir, a “acomodarse” a esta situación tan desagradable. No hay salida; no hay dónde correr ni a quien recurrir.

Una niña razona: o el papá es malo o ella es mala y merece castigo. No puede formarse la idea de un padre cruel y tirano. Entonces, comienza a verse ella misma como la culpable de lo que está sucediendo. Este razonamiento explica por qué muchas niñas que fueron abusadas se perciben a sí mismas como “prostitutas” o luego desarrollan conductas sexualmente seductoras frente a los demás.

Como debe guardar silencio para proteger a su familia, se genera entonces una inversión de roles. La niña debe proteger la supervivencia de la familia y la seguridad de los demás. La víctima entra en un doble vínculo en el cual queda atrapada: si calla el secreto, se siente cómplice y culpable; pero si lo dice, puede destruir la familia y a los padres. Entonces queda encerrada en un círculo sin poder salir.

6.4. La denuncia tardía
La mayoría de los casos de abuso sexual nunca llega a denunciarse, al menos fuera del entorno familiar. Si el conflicto familiar es un detonante para la denuncia, esto ocurre generalmente algunos años después del abuso continuo. La víctima del incesto suele permanecer en silencio hasta la adolescencia, cuando tiene la capacidad de desafiar la autoridad de los padres.

6.5. La retractación
Lo más probable es que si una niña confiesa el abuso luego se retracte. Detrás del enojo y de la denuncia impulsiva subyacen la culpa y la responsabilidad de preservar la familia. Además, descubre que los miedos y las amenazas de mantener todo en secreto son ciertas: su padre la abandona y la llama mentirosa; su madre no le cree o sufre un ataque de histeria; la familia queda fragmentada y sus hermanos quedan a la deriva.

Una vez más, la víctima carga con la responsabilidad de preservar o destruir la familia. La inversión de roles se prolonga en la “mala” elección de decir la verdad y la “buena” elección de retractarse y mentir para salvar la familia. Esta mentirá tendrá más credibilidad que la acusación de incesto y restablecerá el precario equilibrio familiar.


7. principales secuelas psicologicas en adultos victimas de abuso sexual en la infancia

Fisicas (dolores crónicos generales; hipocondria y trastornos de somatización; alteraciones del sueño; problems gastrointestinales; desórdenes alimenticios, especialmente bulimia)

Conductuales (intentos de suicidio; consumo de drogas y/o alcohol; trastorno disociativo de identidad es decir personalidad múltiple)

Emocionales (depresión; ansiedad; baja autoestima; estrés postraumático; trastorno de personalidad; desconfianza y miedo de los hombres; dificultad para expresar o recibir sentimientos de ternura y de intimidad)

Sexuales (fobias o aversiones sexuales; falta de satisfacción sexual; alteraciones en la motivación sexual, trastornos de la activación sexual y del orgasmo; creencia de ser valorada por los demás únicamente por el sexo)

Sociales (problemas en las relaciones interpersonales, aislamiento, dificultades en la educación de los hijos).



Autora: Lic. Rhiner Vanesa.

Bibliografía:
· Secuelas emocionales en víctimas de abuso sexual en la infancia, E. Echeburúa y P. del Corral, 2006.
· Abuso sexual. Un tema que debemos hablar. Pr. B. Stamateas, 2006.
· Abuso y maltrato Infantil. C. Beigbeder de Agosta, Z. Barilari y R. Colombo, 2001.