Omar de cinco años había dibujado toda la pared en su casa, el abstracto dibujo era un regalo para su padre que llevaba varios días de viaje por trabajo.
Al regresar el padre, encontró a Omar rayando la pared.
Al observar esto, su padre decidió no regañarlo, al contrario, decidió explicarle desde el amor que amaba sus dibujos y le dijo que le regalaría un cuaderno especial en donde él podría dibujar todo lo que quisiera.
Le dijo que le dejaría ese regalo como un recuerdo y que cada vez que el tuviera que salir, le podría hacer un dibujo y mandárselo o esperar a que regresara y dárselo para enmarcarlo y ponerlo en su oficina.
Le dijo que estaba orgulloso de su talento y de su destreza pero que la próxima vez lo hiciera en el cuaderno y no en la pared porque iba a ser difícil que lo llevara consigo y habría que limpiarlo después.
Agradeció mucho el regalo y ambos se abrazaron.
Eres tú quien decide cómo quieres que te recuerden tus hijos.
¿Qué quieres lograr? ¿Miedo o respeto?
decide construir, decide enseñar desde el amor.
Las paredes siempre se pueden volver a pintar.
Fuente: Aprender para aprender