El
nacimiento de un hijo es un acontecimiento trascendental en la vida de toda la
familia. Conlleva cambios no sólo en la casa o en las rutinas, sino también en
las relaciones que se establecen entre los distintos miembros, sobre todo entre
vosotros y el bebé.
El niño
y los adultos que le rodean se sitúan en niveles diferentes, pero para ambas
partes las primeras experiencias estarán cargadas de emociones, alegrías,
deseos, miedos, dudas y expectativas. El bebé tiene que aprender muchas cosas y
vosotros vais a poder estar cerca de él, para sostenerle y enseñarle, también
éste va a influir en vosotros a través de su forma de ser, su personalidad y
sus actitudes ante la vida.
El niño
en los primeros años de vida es muy vulnerable, pero los padres que lo cuidáis
y lo atendéis también lo sois y podéis veros desbordados por las necesidades de
vuestros hijos, por los requerimientos de su vida cotidiana y tener muchas
dudas sobre qué debéis hacer. Es imprescindible recordar que las relaciones
entre padres e hijos, como toda relación, tienen sus momentos positivos y
también negativos. A veces los padres comprenden muy bien al bebé o al niño
pequeño, pero otras veces se equivocan o hacen lo que no tendrían que hacer.
Este hecho es algo inevitable y siempre se puede reparar. Recuperarse de las
dificultades y de los errores constituye una parte esencial del proceso de
maduración para unos y para otros.
El bebé
necesita un espacio físico y afectivo, sentir que hay alguien que le sujeta,
que le mira, le habla, le escucha y responde a sus necesidades, establecer un
vínculo afectivo que le permita crecer seguro.
Hay
muchas maneras diferentes de sentir o actuar ante el hecho de ser padre o
madre. La seguridad con la que afrontéis vuestro papel va a ser crucial para
que esta experiencia se viva con plenitud y sea enriquecedora.
Muchas
son las preguntas que os hacéis los padres:
¿Cómo
es?
¿Qué
necesita?
¿Qué
podemos hacer para ayudarle en su desarrollo?
Esta
guía pretende dar algunas sencillas respuestas a estas dudas, con afán de
orientaros en estos momentos. No se trata de un manual de desarrollo que
describa con detalle las diferentes etapas por las que atraviesa el niño, sino
más bien su objetivo es ofrecer unas pautas fáciles de entender, que incluyan
los aspectos más significativos de cómo es un niño de 0 a 6 años y qué
necesita.
En estas
etapas se observan importantísimos cambios, unos más evidentes que otros. Desde
el crecimiento físico, hasta el dominio de distintas habilidades motrices,
pasando por los progresos en los conocimientos, el desarrollo del habla, la
forma de actuar sobre el mundo, en la expresión y reconocimiento de las
emociones y en las relaciones sociales con los demás, el niño avanza de forma
vertiginosa hacia un nivel cada vez más elevado de competencias. No debemos
perder de vista el hecho de que el ser humano es un todo y como tal hay que
entenderlo.
El niño
viene al mundo provisto de una serie de capacidades, con una dotación genética
concreta que va a determinar en parte su desarrollo, pero la influencia del
ambiente también es muy importante. La relación que los padres establecéis con
vuestro hijo, la calidad de la atención que le ofrecéis, tanto a nivel físico
como emocional, así como las pautas educativas pueden favorecer o limitar este
desarrollo.
Debemos
destacar que el ritmo con el que suceden estas adquisiciones en cada niño es
peculiar. Esto supone que no todos los niños a los 12 meses, por ejemplo,
comenzarán a caminar, sino que unos lo harán a los 9 meses y otros a los 15, y
todo ello forma parte del desarrollo esperado. La información que incluye la
guía respecto a cómo es el niño debe tomarse como orientativa, de modo que si a
una determinada edad el niño no posee las habilidades descritas no debemos
alarmarnos, porque puede ser que su ritmo de desarrollo sea más lento, que el
entorno que le rodea no sea el más adecuado o bien por alguna otra razón. No
obstante, sí conviene en ese caso que consultéis a vuestro pediatra para
descartar alguna dificultad concreta.
La guía
se estructura en los siguientes períodos de edad:
— En
torno al nacimiento.
— Hasta
los 3 meses.
— De los
4 a los 6 meses.
— De los
7 a los 9 meses.
— De los
10 a los 12 meses.
— De los
12 a los 18 meses.
— De los
18 a los 24 meses.
— De los
25 a los 36 meses.
— De los
3 a los 4 años.
— De los 4 a los
5 años.
— De los 5 a los
6 años.
Cada
período incluye tres apartados:
— ¿Cómo
soy?: Describe brevemente las principales características del niño en ese
período de edad.
— ¿Qué
necesito?: Ofrece una serie de pautas sobre cómo actuar para responder a las características
del niño.
— ¿Qué
podemos hacer los padres?: Incluye una serie de sugerencias sobre cómo actuar
en los ámbitos más significativos de la vida del niño: la alimentación, el
sueño, la higiene, la comunicación y el juego.
Para la
Federación Estatal de Asociaciones de Profesionales de Atención Temprana (GAT),
uno de sus principales objetivos es favorecer la adecuada atención de la
población infantil. Esta guía tiene un fin preventivo, ya que ofrece pautas
para mejorar la atención al niño en el ámbito de la familia, procurando evitar
la aparición de trastornos o dificultades en su desarrollo, la detección precoz
de cualquier anomalía y la posibilidad de consultar al pediatra del niño para
que éste valore la posibilidad de ser atendido en un Centro de Desarrollo
Infantil y Atención Temprana.
Esperamos
que los padres y madres podáis encontrar en estas páginas algunas respuestas y orientaciones
a vuestras dudas y las sugerencias sobre cómo actuar, que os permitan
establecer una buena relación con vuestros hijos.
Descarga:Guía del Desarrollo Infantil
Autor:
Federación Estatal de Asociaciones de Profesionales de Atención Temprana. GAT