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Vida en Equilibrio


Esta guia titulada "Vida en Equilibrio" es una recopilacion de artículos seleccionados de la web que no cumplen con las exigencias de un formato de publicación. Surge como idea de enseñar a las personas como tener una mejor vida. Es el resultado de muchas horas de dedicación y esmero.

Autora: Lic. Rhiner Vanesa.

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Los limites en los niños


En la actualidad no es un tema menor el de los padres de no saber cómo corregir las conductas de los pequeños. Una forma sencilla de corrección si el niño es menor de 5 años (ya que no tienen una consciencia moral de lo que les conviene o lo que realmente les hace bien) es la siguiente:

1) Se debe establecer la regla o conducta deseada
2) Nos encargamos de que el niño la cumpla

Esto es muy simple, si un niño tiene que bañarse le digo: “Juan anda a bañarte” si no responde a nuestra petición nos acercamos lo alzamos o lo tomamos de la mano y lo llevamos nosotros mismos al baño.

No debemos repetir reiteradamente la conducta deseada (“anda a bañarte”) hasta el cansancio y cuando lo repetimos tantas veces y no hace caso, nos enojamos, le gritamos y lo llevamos de mala manera.

Se siguen los 2 pasos y lo llevamos pero con una sonrisa , que sea un momento placentero para ambos. Sin enojos.

Si el pequeño ya es más grande de 5 años ya podemos incorporar las consecuencias. En esta etapa ya está formado su superyó de lo que está bien y lo que está mal, sabe que si no va a bañarse cuando la mamá se lo repite varias veces está teniendo una conducta errónea. Por tanto en esta etapa hacia adelante usamos los siguientes pasos sencillos:

1) Establecemos la regla o la conducta deseada
2) Aviso las consecuencias en caso de no cumplirla
3) Si no cumple aparece la consecuencia (debemos ser consistentes con lo que decimos y si lo decimos, lo cumplimos) y me encargo de que cumpla con la conducta y si es necesario hasta podemos volver a los pasos de los niños chiquitos de tomarlos de la mano y llevarlos.

Otras formas de modificar la conducta deseada o eliminar la no deseada tiene que ver con técnicas conductuales más elaboradas y que se deben aplicar dependiendo del caso y bajo la supervisión de un profesional para asegurar de que esté bien aplicada y que tenga resultados positivos. Por ejemplo para incrementar la conducta deseable se puede aplicar, refuerzo positivo, refuerzo negativo, economía de fichas, modelado, moldeamiento y contrato de conductas. Para disminuir conductas no deseables se puede aplicar: Extinción, Time out, Castigo, reforzamiento diferencial, control de estímulos, sobrecorrecion y saciación.

Autora: Lic. Rhiner Vanesa.

Bibliografía: “Criar hijos confiados, motivados y seguros”, Maritchu Seitún, 2011.

Abuso sexual infantil


Hablar de abuso sexual ya no es un tema que solo vemos en las historias de películas más crudas o en los noticieros…como si fuera algo salido de nuestra realidad. El abuso sexual se ha convertido en un tema de suma importancia, porque se ha hecho mucho más frecuente. Y no hablo solamente de los abusos repentinos y únicos que aparecen en las calles, me estoy enfocando más bien al abuso dentro de un sistema familiar y de carácter repetitivo.

El problema surge cuando sólo conocemos los casos públicos, casos que han sido denunciados, pero hay un porcentaje muchísimo mayor del que nadie sabe. Un tema del que no se habla por cuestiones de intereses, porque se oculta, porque da vergüenza, porque no se le cree a la víctima, para no desestructurar a una familia, etc.

Las verdades acerca del abuso sexual:

v El abuso sexual ocurre en todos los estratos sociales (bajo, medio y alto).

v El abusador o violador es una persona conocida en el entorno familiar.

v El abuso o violación es algo programado y suele ocurrir en el hogar.

v El abuso no ocurre porque las mujeres inconscientemente lo desean.

v Si una mujer no se defiende o no grita no signifique que le guste. (acá aparece el miedo)

v El abusador posee una estructura psicopática o perversa.

v El abusador no es un hombre insatisfecho sexualmente con un deseo sexual irrefrenable.


1. Definición de Violación y Abuso sexual: La violación implica la idea de fuerza y la expresión de la violencia (desgarro vaginal, presencia de esperma, infecciones, etc.). Por el contrario, el abuso se da generalmente por seducción o convencimiento (exhibición, manoseos, sexo oral, etc.).

La violación es ocasional (por lo general, una vez), mientras que el abuso es reiterado (con el mismo abusador). La violación casi siempre resulta en un hecho policial, mientras que el abuso es un hecho familiar.

Abuso sexual es involucrar niños y adolescentes dependientes e inmaduros, en proceso de desarrollo, en actividades sexuales que no alcanzan a comprender plenamente y a las cuales no son capaces de dar su consentimiento, o que violan los tabúes sociales con respecto a los roles de la familia.


Daño Psiquico: “ un deterioro, disfunción, disturbio o transtorno, o desarrollo psicogénico, que afectando sus esferas afectivas y/o intelectiva y/o volitiva, limita su capacidad de goce individual, familiar, social y/o recreativo. Bloqueando el esperado desarrollo evolutivo, lleva al niño a un crecimiento deficiente que involucra tanto transtornos de comportamiento, como cognitivos, físicos, sociales y afectivos”

Trauma: “un trauma psíquico ocurre cuando un golpe emocional intenso e inesperado o una serie de gopes asaltan a la persona desde afuera y se incorpora en la mente. La persona probablemente no se sienta traumatizada hasta tanto no lo viva desde una postura de indefensión.

Hay dos tipos de víctimas, aquellas que lo sufrieron una sola vez y las que fueron victimizadas crónicamente. En el primer caso el hecho los toma de sorpresa, y los niños tienen una visión más clara del evento. En el segundo caso el niño difícilmente recuerde el trauma con claridad porque al haber sido una situación anticipada y temida se movilizan en él los mecanismos defensivos de disociación, en los que se aíslan trozos de lo vivido fuera de la consciencia, y el niño, entonces, olvida o niega.

2. Características del abuso sexual: pueden ser de lesiones en la zona genital o penetración, masturbación mutua con manoseos o exhibición de material pornográfico, etc.

La estimulación puede ser sin contacto (observar la desnudez del niño, hacer presenciar al niño una relación sexual o una masturbación, uso de pornografía, literatura erótica, estímulos sexuales, etc.) o con contacto (acariciar los genitales o los muslos del niño, pedirle al niño que acaricie los genitales del adulto, pedirle que masturbe al adulto o masturbar al niño, etc.) En la mayoría de los casos, el perpetrador realiza este tipo de estimulación sexual sin penetración, ya que el abusador no quiere dejar huellas. O con intrusión (penetración genital, anal o vaginal, sexo oral, etc.

El método que puede usar el abusador va de la violencia física que ocurre raras veces, convencimiento por amenaza hasta el convencimiento por seducción prometiéndole premios y privilegios.

3. Características del abusador: es extremadamente protector o celoso del niño, pudo haber sido victima de abuso sexual en su infancia, presenta dificultades en la relación de pareja, es aislado socialmente, puede presentar abuso de drogas o alcohol, frecuentemente ausente en el hogar y con baja autoestima o problemas psicopatológicos.


4. Indicadores de abuso sexual en menores:

· Físicos (dolor, golpes, quemadura o heridas en la zona genital o anal, cérvix o vulva hinchadas o rojas, semen en la boca, en los genitales o en la ropa, ropa interior rasgada, manchada y ensangrentada, enfermedades de transmisión sexual en genitales, ano, boca u ojos, dificultad para andar y sentarse, enuresis o encopresis)

· Comportamentales (pérdida de apetito; llantos frecuentes; miedo a estas solo/a; rechazo al padre a la madre de forma repentina; cambios bruscos de conducta; resistencia a desnudarse y bañarse; aislamiento y rechazo de las relaciones sociales; problemas escolares o rechazo a la escuela; fantasías de conductas regresivas como chuparse el dedo orinarse en la cama; tendencias al secretismo; agresividad; autolesiones o intentos de suicidio).

· En la esfera sexual (rechazo a las caricias, caricias y contacto físico; conductas seductoras; conductas precoces o conocimiento sexual inadecuado para su edad; interés exagerado por los comportamientos sexuales de los adultos; confusión sobre la orientación sexual).

5. Consecuencias a corto plazo del abuso sexual en niños y adolescentes: 

Conductuales (consumo de drogas o alcohol, huidas del hogar, conductas autolesivas o suicidas, hiperactividad, bajo rendimiento académico, etc.).

Emocionales (miedo generalizado, hostilidad y agresividad, culpa y vergüenza, depresión, ansiedad, baja autoestima y sentimientos de estigmatización, rechazo del propio cuerpo, desconfianza y rencor hacia los adultos, trastorno de estrés postraumático).

Sexuales (conocimiento sexual precoz o inapropiado para su edad, masturbación compulsiva, excesiva curiosidad sexual, conductas exhibicionistas, problemas de identidad sexual, etc).

Sociales (déficit en habilidades sociales, retraimietno social, conductas antisociales, etc).

6. El síndrome de acomodación

6.1. El secreto
Ningún niño está preparado para enfrentar la posibilidad de ser abusado por un adulto en quien confía. Esta posibilidad es un secreto bien guardado aun entre adultos. Lo que menos imagina una niña es que pueda ser abusada por su propio padre, de quien espera protección y cariño. Entonces la víctima queda a merced del abusador para tratar de comprender qué sucede. De todas las “explicaciones” ilógicas y egoístas que recibe de su abusador, la niña sólo entiende que algo malo está sucediendo, que es peligroso y que debe guardar silencio al respecto. El miedo a no ser creído, a ser culpado de mentiroso e imaginativo, a perder el amor de los padres es una amenaza terrible para el niño. Una niña que es abusada por su padre y no creída por su madre ha quedado huérfana, psicológicamente hablando.

El secreto se convierte, entonces, en una doble fuente: por un lado, de allí nace el temor; y por el otro, brinda una promesa de seguridad, ya que al permanecer callada “protege” a su familia y a ella misma.

Los niños deben ser creídos cuando mencionen alguna actitud abusiva hacia ellos. El enjuiciamiento y la negación por parte de la madre hacen que el secreto quede aún más arraigado en lo profundo de su corazón.

6.2. La desprotección
Muchas personas esperan que el niño actúe como un adulto frente al abuso sexual. Si no lo hacen, piensan que el niño “es cómplice del abuso” o que “le gustó”. No es fácil para una niña sentirse amparada cuando el abusador es alguien jerárquicamente superior a ella, alguien a quien ella debe “respetar y obedecer”.

La verdad es que la mayoría de los niños no puede reaccionar y queda paralizado. La única “defensa” posible es “hacerse la dormida”, cubrirse con la frazada y hacer como si nada, entre sus escasos recursos.

Esta falta de reacción por parte de la niña generará luego una gran culpa por creer que provocó el hecho o de que podía haberse defendido pero no lo hizo.

6.3. La acomodación
El perpetrador sabe que puede acceder a su víctima fácilmente. Ella vive con él en la misma casa y la ve todos los días; sólo debe ir y abusar de ella. Así, se produce una conducta adictiva y repetitiva, a la cual solamente el descubrimiento pondrá fin. De esta manera, lo único que el niño puede hacer es aprender a sobrevivir, a “acomodarse” a esta situación tan desagradable. No hay salida; no hay dónde correr ni a quien recurrir.

Una niña razona: o el papá es malo o ella es mala y merece castigo. No puede formarse la idea de un padre cruel y tirano. Entonces, comienza a verse ella misma como la culpable de lo que está sucediendo. Este razonamiento explica por qué muchas niñas que fueron abusadas se perciben a sí mismas como “prostitutas” o luego desarrollan conductas sexualmente seductoras frente a los demás.

Como debe guardar silencio para proteger a su familia, se genera entonces una inversión de roles. La niña debe proteger la supervivencia de la familia y la seguridad de los demás. La víctima entra en un doble vínculo en el cual queda atrapada: si calla el secreto, se siente cómplice y culpable; pero si lo dice, puede destruir la familia y a los padres. Entonces queda encerrada en un círculo sin poder salir.

6.4. La denuncia tardía
La mayoría de los casos de abuso sexual nunca llega a denunciarse, al menos fuera del entorno familiar. Si el conflicto familiar es un detonante para la denuncia, esto ocurre generalmente algunos años después del abuso continuo. La víctima del incesto suele permanecer en silencio hasta la adolescencia, cuando tiene la capacidad de desafiar la autoridad de los padres.

6.5. La retractación
Lo más probable es que si una niña confiesa el abuso luego se retracte. Detrás del enojo y de la denuncia impulsiva subyacen la culpa y la responsabilidad de preservar la familia. Además, descubre que los miedos y las amenazas de mantener todo en secreto son ciertas: su padre la abandona y la llama mentirosa; su madre no le cree o sufre un ataque de histeria; la familia queda fragmentada y sus hermanos quedan a la deriva.

Una vez más, la víctima carga con la responsabilidad de preservar o destruir la familia. La inversión de roles se prolonga en la “mala” elección de decir la verdad y la “buena” elección de retractarse y mentir para salvar la familia. Esta mentirá tendrá más credibilidad que la acusación de incesto y restablecerá el precario equilibrio familiar.


7. principales secuelas psicologicas en adultos victimas de abuso sexual en la infancia

Fisicas (dolores crónicos generales; hipocondria y trastornos de somatización; alteraciones del sueño; problems gastrointestinales; desórdenes alimenticios, especialmente bulimia)

Conductuales (intentos de suicidio; consumo de drogas y/o alcohol; trastorno disociativo de identidad es decir personalidad múltiple)

Emocionales (depresión; ansiedad; baja autoestima; estrés postraumático; trastorno de personalidad; desconfianza y miedo de los hombres; dificultad para expresar o recibir sentimientos de ternura y de intimidad)

Sexuales (fobias o aversiones sexuales; falta de satisfacción sexual; alteraciones en la motivación sexual, trastornos de la activación sexual y del orgasmo; creencia de ser valorada por los demás únicamente por el sexo)

Sociales (problemas en las relaciones interpersonales, aislamiento, dificultades en la educación de los hijos).



Autora: Lic. Rhiner Vanesa.

Bibliografía:
· Secuelas emocionales en víctimas de abuso sexual en la infancia, E. Echeburúa y P. del Corral, 2006.
· Abuso sexual. Un tema que debemos hablar. Pr. B. Stamateas, 2006.
· Abuso y maltrato Infantil. C. Beigbeder de Agosta, Z. Barilari y R. Colombo, 2001.

Estres vs Distres


Cuando se habla de estrés se hace referencia a una respuesta emitida por el organismo a un estimulo específico. Por tanto cualquier modificación interior o exterior pone en marcha nuestro mecanismo ante el estrés.

No sólo los acontecimientos negativos generan estrés, también los positivos, y es un mecanismo adaptativo que nos representa. Lo que diferencia el estrés de la ansiedad es que en el estrés hay un estímulo específico el cual desencadena una reacción psicológica y biológica en nuestro organismo, en la ansiedad no hay un estímulo específico y lo que sentimos es preocupación por lo que vendrá, por lo incierto.

Cuando el estrés deja de ser adaptativo y sobrepasa los recursos con los que se cuenta, aparece el distrés, que es el estrés negativo.

Desde el punto de vista médico un tratamiento contra el distrés sería la prescripción de ansiolíticos como ser las benzodiacepinas como lorazepam, alprazolam, clonazepam, etc

Algunas técnicas que te recomiendo para combatir el estrés son:

1. Ejercicios respiratorios. Te concentras en tu propio cuerpo, en tu respiración, relajas la cabeza, despejas la mente, relajas el cuello, los hombros, el abdomen, las piernas. Otro paso es trabajar sobre la respiración duplicando la frecuencia normal y duplicando a la vez la cantidad de inhalación. Se pueden hacer cada hora, dos sesiones de 5 minutos. Al terminar cada sesión, cerrá los ojos (para aumentar la relajación muscular) y retene lo que más puedas de la última inhalación y exhalá suavemente. Este tratamiento regula las dosis naturales de dopamina, serotonina, norepinefrina y otros neurotransmisores, mejorando también la neurorecepción, así como normalizando el flujo sanguíneo en calidad y cantidad en las zonas del cerebro responsables de los reflejos involuntarios.

2. Rodéate de buenos olores, las fragancias nos relajan y nos energizan.

3. Hace Baños de inmersión, paños calientes.

4. Emplea Masajes relajantes. Aparte de descontracturar, las caricias también tiene un efecto sedante.

5. Dormir lo suficiente, si dormís menos se altera la hormona cortisol asociada al estrés.

6. Incorpora la religión como parte de tu vida. Saber que Dios te acompaña y te sostiene te va a aliviar y a relajar más.

7. Usar las energías para hacer cosas productivas, escucha música, cantá, bailá, hace deportes, dibujá, cociná, etc.

8. Escucha música clásica. 30 min de música clásica equivale a 10mlg de valium (ansiolítico).


Curiosidades:

1- En el Congreso de Neurociencias de 2008 que se llevó a cabo en Washington DC, se presentó una investigación que sugiere masticar chicle para combatir el estrés. Observa que masticar chicle en momentos de presión, disminuye el estrés a niveles cinco veces menores de los que se perciben en condiciones normales y que además mejoraría la memoria a corto plazo.

2-Ayudar a otras personas necesitadas también reduce los niveles de estrés malos.

3- Según la medicina china hacer presión sobre el nacimiento del pulgar e indice reduce los niveles de malestar.

Autora: Lic. Rhiner Vanesa.

Los terribles 2 años


En el proceso de separación-individuación hay dos aspectos importantes. Uno, que el niño toma consciencia de que es uno separado de su madre (separación) y dos, que forma su individualidad única y distinta a las demás (individuación).

En este proceso el niño comprende que él y su madre no son una sola persona y que ella está fuera de él, pero lo que se da cuenta que puede pensar, opinar por su propia cuenta y en especial aprende a que puede decir “no”. Y comprueban que pueden pensar distinto a lo que piensa su madre y los demás, y nadie sale dañado porque se siguen queriendo.

Es acá donde aparecen las batallas de poder, las pataletas, los gritos, empujones, patadas y mordidas. El pequeño se siente fuerte y poderoso, que puede guiar su destino, pero se encuentra con personas que opinan distinto y que encima son mucho más grandes y fuertes que él. Por un instante quiere algo y al otro cambia de parecer y pide otra cosa sin ninguna justificación sólo para probar que puede pensar distinto y a su manera, desear, pedir, exigir y ver qué pasa.

Otro tema que surge es que a la vez que se reconoce distinto a su madre, aparecen los miedos: a la oscuridad, a estar solo, al agua, a los truenos, etc.

En la medida que se vaya sintiendo fuerte de verdad irá necesitando cada vez menos transformarse en el tirano omnipotente que quiere hacer lo que quiere cuando quiere, dónde quiere y cómo quiere, para olvidarse por un rato de lo asustado que se siente otras veces.

Asi va internalizando la fuerza y el amor incondicional que le dan sus padres y sobre todo la confianza. Este proceso lleva alrededor de un año. A partir de ahí notaremos que nos escuchan y empiezan a hacernos caso de a poco. De aquí en más aparece el dolor de la aceptación de que no son “su majestad el bebé” sino otro integrante más de la gran familia humana.


Autora: Lic. Rhiner Vanesa.
Bibliografía: “Criar hijos confiados, motivados y seguros”, Maritchu seitún, 2011.

Adolescentes “tatuajes y piercing”



Las perforaciones son una forma de modificación corporal que forman parte de la moda, inconformismo o una identificación con una subcultura.

En diferentes culturas del mundo, el piercing, es un rito de pertenencia a una determinada tribu, a veces usado para indicar que una persona es ya madura. Esta práctica difiere en la actualidad, donde se usa normalmente como símbolo de belleza.

En la actualidad las personas quieren ser diferentes, no solamente a nivel personal, sino también en sus propios grupos sociales, adoptando ciertos atributos como signo de pertenencia.

Por otro lado, el tatuaje. Originalmente indicaba el tipo de función que tenía una persona en la sociedad. En la antigua Roma y en Japón se acostumbraba a tatuar a presos, dónde de esta forma quedaban marcados como criminales de por vida. Otras tribus se iban tatuando más partes del cuerpo a medida que pasaban los años. En la década de los 60 se usó para disimular las cicatrices de las personas que se inyectaban sustancias psicoactivas.

“el joven adolescente, en búsqueda de su identidad, usa el tatuaje como uan forma de expresión a través de una imagen grabada en su cuerpo, reresentando así también su manera de igualarse a sus pares y diferenciarse de otros. Es como si dijera (con esta marca, soy yo, para siempre y con mi grupo, fuera de mi familia)”.


Los tatuajes cumplen distintas funciones:

· Autodefinición como formando parte de un determinado grupo;

· Como forma de resaltar algún rasgo personal relacionado a gustos o elecciones específicas;

· Como objeto protector usado como amuleto;

· Como marca de recuerdo en la que se intenta plasmar hechos, situaciones, etc;

· Como necesidad de diferenciarse de los demás y ser único y distinto;

· Como forma de deshacerse de sus problemas emocionales;


El tatuaje viene a reparar algún aspecto que uno considera faltante en uno mismo. Puede servir para compensar situaciones de pérdida o de aspiraciones no cumplidas. Puede ser un medio para regular tensiones internas y parar expresar afectos y deseos de perdurabilidad.

Para las mujeres es un sucedáneo de liberación sexual, ligada al permiso para mostrar su cuerpo. Para los hombres es un acto de virilidad, ya que lleva aparejado el dolor del tatuaje.


Fuente: psicoadolescencia.com

La soledad en Adultos Mayores


La soledad no es algo que solo lo experimentan los abuelos, se puede dar en cualquier etapa evolutiva. Sin embargo, es en esta etapa donde me voy a centrar.

La soledad es definida como el vacio que siente una persona de estar sólo aún en situaciones dónde pueda tener mucha gente a su alrededor. La soledad no es estar sólo, es no sentir una conexión de cercanía con alguien. Recordemos que vivimos en sociedad y por tanto somos seres que necesitamos de personas con quienes tener algún tipo de relación significativa, sea de amor, de amistad, cariño de abuelo, etc.

Los abuelos muchas veces sienten que están vacios por no tener este tipo de relaciones significativas, y es que a la sociedad le importa tanto evadir esta etapa que se olvidan de los que están pasando por ella.

Lo ideal es que una familia bien constituida cuente con los padres (mamá y papá) y sus pequeños hijos, y sumamente importante la presencia de los abuelos, no sólo porque ellos están pasando una etapa difícil en la que surgen temas como las enfermedades, el pensar de una manera distinta en la muerte, etc. Sino también porque son personas y necesitan de cariño y cuidados.

El poder integrar a los abuelos como una parte de sabiduría, con sus historias interminables, sus experiencias vividas que no sólo enriquecen a los adultos que las escuchan, sino también a los más pequeños. Y a la vez de tener tanta sabiduría, vemos que los años fueron pasando y están achacados, más cansados, más enfermos, con necesidad de amor, cuidado y mucha paciencia de parte de los adultos, ya que no pueden seguirnos el ritmo, les cuesta seguir una charla, repiten varias veces las mismas cosas, camina lento, se olvidan de las cosas, etc.

Por eso es relevante que ocupen “su” lugar de abuelos para dar enseñanzas y cariño (recibirlo también), que no se cambien de rol (en la actualidad es común ver a los abuelos ocupando rol de padres de sus nietos), y que disfruten de la vida. La incorporación de actividades con abuelos es sumamente fructífera, donde pueden hacer caminatas, tomar mate, hacer algún deporte, etc. Y sentirse acompañados.


Autora: Lic. Rhiner Vanesa.

Confianza Propia


Qué es la Confianza
Para empezar a hablar de la confianza, veamos cómo Torcida (1993), la define:

"La confianza es el sentimiento que uno siente hacia el otro cuando tiene la seguridad, la certeza, de poderse abrir y exponer totalmente, sabiendo que no va a ser desvalorizado, aún cuando el otro no comparta aquello con lo que uno se ha expuesto” (pp. 142-143).

Confianza Propia
El mejor estímulo para realizar buenas acciones es el convencimiento de que somos capaces de llevarlas a cabo. Enemigo es el que quebranta la fe en nosotros mismos, en nuestra capacidad para realizar nuestros propósitos, porque si perdemos la confianza propia se desvanece todo poder y facultad. Nunca llegará el éxito a mayor nivel que el que alcance la confianza del individuo en lograrlo.

Por mucha que sea la capacidad, nunca llegará el éxito de un hombre a más alta cumbre que la de nivel de confianza en sí mismo. Cada cuál puede hacer lo que cree que puede hacer, y no será capaz de hacer lo que crea que no puede hacer. Ésta ley es inexorable.

Poco importa lo que los demás opinen de nosotros, de nuestros proyectos y aspiraciones. Menos importa todavía que nos llamen visionarios, ilusos o soñadores. Debemos creer en nosotros mismos, pues en cuanto perdamos la propia confianza seremos apóstatas y desertores de nuestro ideal.

Que ni la opinión de la gente ni los rigores de la adversidad quebranten nuestra confianza (Marden, 1921, pp. 153-155). Para Marden (1921), la confianza en uno mismo, tiene relación con la educación recibida y atrae una serie de consecuencias, como aquellos que se figuran que lo de los demás es demasiado bueno para ellos. No echan de ver cuánto se perjudican con esta actitud de menosprecio, que los inutiliza para esperar de sí mismos cuanto podrían obtener si confiarán en sus facultades.

Nadie será gigante si se tiene por pigmeo, porque la estatura es siempre según el modelo y el modelo es la interna visión (Marden, 1921, p. 157).

Los hombres con éste sentimiento de inferioridad serán inferiores hasta que por auto educación reconozcan su valor. Hay quienes se contraen a tareas vulgares o medianas y vegetan en la oscuridad, porque no se atreven o no saben poner en acción sus energías.

El persistente pensamiento de que no valemos tanto como otros, de que somos seres débiles estando inútiles rebajará el nivel de nuestra conducta y estabilizará nuestra capacidad. Éste sentimiento de inseguridad en uno mismo, también lo comenta Gellman (1987), haciendo alusión a que es un sentimiento que en algún momento todos experimentamos en mayor o menor grado. Gellman (1987) lo cataloga como una especie de “crítico subconsciente”, que le dice porque no puede, debe o nunca conseguirá esto o aquello.

Explica que en dosis pequeñas, la inseguridad puede ayudarle a tomar decisiones prudentes y sensatas; pero si es exagerada, puede trasformar un panorama positivo en negativo y poner en peligro su éxito y su felicidad, incluso su bienestar físico.

“Cuando experimenta usted una crisis de inseguridad, ansia, probablemente, tener al lado a alguien a quién ama o admira, en la esperanza de que fortalezca su confianza, ayudándole a comprender sus cualidades positivas y sus logros” (Gellman, 1987, p. 21).

Conocer las características de nuestra inseguridad para Gellman, posibilita la utilización de nuestra energía para la creación de nuevas alternativas. Podemos confiar en nosotros mismos y en nuestras decisiones, y no envidiaremos el éxito de los demás. Con respecto a esto, Muñoz de Visco (1999), dice lo siguiente:

“Una buena autoestima está relacionada con el conocimiento y aceptación de características personales; está estrechamente relacionada con la posibilidad de desarrollar las potencialidades que son inherentes a casa persona” (p. 68).

Gellman, recalca la importancia de los primeros meses y años de vida, como etapa fundamental para que el niño adquiera la seguridad y confianza en sí mismo, siempre que haya recibido mediante el tacto, el oído, la vista, etc., estímulos positivos.

Refiriéndose a la teoría rogeriana, la autora Muñoz de visco, comenta que dicha teoría, se centra sobre los modos en que las evaluaciones de una persona realizada por otros, también en especial durante la niñez, tienden a separar sus experiencias directas de las de sí mismos. Si el niño recibe de sus progenitores una consideración positiva e incondicional (que incluye amor, respeto, aceptación) no tendrá necesidad de negar sus experiencias, creando en el niño un sentimiento de seguridad y confianza.

En cuanto a las personas que no han tenido ésta suerte, Gellman comenta: En el ejercicio de mi profesión, he podido observar que las personas que menos confianza y seguridad en sí mismas poseen son aquellas que nacieron prematuras o enfermizas y se pasaron muchos mese en el hospital, muy bien atendidos desde el punto de vista sanitario, pero sin apenas recibir afecto. O bien aquellas que fueron cedidas en adopción y pasaron los primeros meses de vida en orfanatos o en los hogares de varios progenitores adoptivos (p.41).

Al hacerse personas adultas, estas personas necesitarán la aprobación de sus semejantes en mayor medida que otras personas y tendrán dificultades para establecer relaciones. Satisfactorias. Andarán por la vida buscando la aprobación de los demás antes que la suya propia, o bien adoptarán una actitud contraria y entonces intentará demostrarse capacidad, ejerciendo un abusivo dominio sobre los demás.


Autores: Lic. Rhiner Vanesa, et. al.

Abordaje Interdisciplinario en Salud Mental


Disciplina deriva de disciplinar. Por medio de una disciplina se puede manipular una realidad problemática para entenderla, pero al mismo tiempo es empobrecida porque no se puede ahondar en toda la realidad que es compleja, es por esto que hay distintas disciplinas que se ocupan de ver las diferentes dimensiones de lo real (Galfré y Barinboim, 2001).

El problema surge cuando, en problemáticas complejas multidimensionales, se insiste en la unidimensionalidad del problema, se lo aborda de una forma reduccionista y por tanto resulta insuficiente. Es aquí donde surge la necesidad de la interdisciplina, disciplinar entre distintas disciplinas una realidad compleja. Lo que se intenta es articular las distintas disciplinas para un mismo fin.

La condición humana nace en el “entre” de los humanos, y cuando surgen problemáticas, las respuestas a esto se abordan en un espacio interdisciplinario como ocurre con lo humano. Esto sería solamente una alternativa de trabajo para problemáticas complejas, ya que no es la única manera de abordar las distintas problemáticas (Galfré y Barinboim, 2001).

El desafío consiste en adquirir nuevos conocimientos y renovar los viejos. Por lo que el tema de la interdisciplina está relacionado con una demanda mayor de conocimientos que necesitamos para entender las problemáticas.

Las distintas disciplinas surgieron a raíz del intento de una construcción que pudiera interpretar la distinción de la división que se daba en la realidad. Por lo que las distintas disciplinas ocupaban distintas realidades como ser: la física, el derecho, la medicina, la psicología, etc. Como dice José A. Castorina (1990) en la práctica los intercambios interdisciplinarios surgen como respuesta a demandas sociales por medio de problemáticas complejas, y no por causa de los pensamientos teóricos-críticos.

La interdisciplina surge de la indisciplina de los problemas que se presentan, de la necesidad de disciplinarlos y por lo que las disciplinas disponibles resultan ineficientes. La verdad es una construcción social y no debe confundirse con la tecnología, que sería la capacidad de prever efectos no deseados y producir los deseados. En este aspecto la verdad es resultado de la interrelación del hombre sobre un fenómeno en un contexto social, natural e histórico (Galfré y Barinboim, 2001).

Se distinguen cuatro momentos del devenir disciplinario, estos son: 1) disciplina, 2) multidisciplinariedad (primer contacto entre las distintas disciplinas, sabiendo de la existencia de todas ellas), 3) interdisciplinariedad(interacción entre las distintas disciplinas, como proceso, y 4) disciplinariedad (nuevo marco conceptual, donde surgen espacios comunes y autónomos para cada disciplina).

Según Castorina (1990), las condiciones mínimas que deben reunir los intercambios entre disciplinas son: la existencia previa de las disciplinas involucradas con un grado de consolidación para poder organizar lo teórico-metodológico; la delimitación de problemas que superan las fronteras alcanzadas históricamente por las disciplinas particulares; los intercambios de tales problemas son locales por lo que el intercambio sobre las cuestiones no es en la totalidad del sistema teórico y experimental de cada disciplina; el intercambio que se produce modifica y enriquece a cada disciplina, ya que se ven los enfoques de las mismas, se revisan las hipótesis propias sobre los problemas lo que también implica que como causa de la novedad se producen cambios; los intercambios exigen la formación del equipo de trabajo, por lo que los equipos no sólo deben planificar sino que deben estar dispuestos al diálogo entre investigadores, lo que implica un desafío; el intercambio de la diversidad de disciplinas debe lograr la articulación entre las mismas sin que pierdan la identidad y la autonomía, propia de cada una (Galfré y Barinboim, 2001).

Nora E. Elichiry (1987) habla de las condiciones para poder producir un clima apropiado entre miembros de otras disciplinas y su intercambio de conocimientos. Por lo que ella plantea unos requisitos para que se produzca apropiadamente un clima de cooperación y de trabajo. Que son: trabajo en equipo (cooperación dentro del grupo de trabajo); intencionalidad (que la relación sea provocada y no fortuita); flexibilidad (por parte de cada disciplina, habiendo apertura por parte de las misma, con búsqueda de técnicas, métodos y con disponibilidad para el diálogo); cooperación recurrente (poder lograr una cohesión del equipo gracias a la continuidad de la cooperación); y reciprocidad (intercambio de métodos, códigos lingüísticos, técnicas, etc.). (Galfré y Barinboim, 2001).


Autora: Lic. Rhiner Vanesa.

Bibliografía:
Castorina, J. A. (1990). El aprendizaje en la perspectiva Interdisciplinaria. Aprendizaje Hoy, 4, 27.
Elichiry, N. E. (1987). El niño y la escuela. Buenos Aires: Nueva Visión.
Alfré, O. y Barinboim, B. (2001). Salud y familia: la relación entre enfermedad y dinámica familiar. Aportes para el desarrollo del tema. Extraído el 9 de junio de 2009 desde: http://www.ub.edu.ar/investigaciones/dt_nuevos/78_galfre.pdf

La Ansiedad en Términos Generales


La ansiedad puede ser definida como una respuesta del organismo que se desencadena ante una situación de amenaza o peligro físico o psíquico, cuyo objeto es dotar al organismo de energía para anular o contrarrestar el peligro mediante una respuesta (conducta de huida o de agresión) (Sandín y Chorot, 1995, citado por Piqueras, et als., 2008).

Ante estímulos que son potencialmente amenazantes, se pone en marcha el dispositivo de alerta que funciona como un mecanismo adaptativo. Pero la ansiedad se torna en clínica cuando el estímulo es inofensivo y produce una respuesta excesiva de alerta, cuando deja de ser adaptativo y los niveles de alerta persisten con el tiempo, y cuando estas respuestas de alerta interfiere en el rendimiento del individuo y en las relaciones sociales.

Existe una ansiedad normal presente en todo paciente que se encuentra enfermo. La ansiedad sería normal en estos casos por ser psicológicamente congruente con una situación de alarma. Ansiedad significa “afligir” o “turbar”, es un estado emocional de quien teme o espera un acontecimiento grave. El temor está acompañado de inquietud y de un sentimiento de opresión en el epigastrio. Puede comenzar lentamente con sentimientos de tensión y molestias menores o puede ser con ataques de ansiedad agudos que lleguen a incapacitar a la persona en la realización de tareas. Estos ataques agudos se presentan frecuentemente en personas con un fondo de ansiedad crónica y que los síntomas de la fase aguda han permanecido con baja intensidad por largos tiempo (Zerquera, 2005).

Existen emociones básicas como ser el miedo, ira, sorpresa, alegría y asco. Las emociones son producto de la evolución filogenética y ontogenética y están relacionados con estados biológicos significativos como ser la procreación, la amenaza a la integridad de la especie, etc. La ansiedad y la depresión son manifestaciones clínicas de estas emociones, donde ser pierde el carácter adaptativo y se transforma en un problema que interfiere en la vida del individuo y genera un malestar clínicamente significativo (Piqueras, 2008).

En las crisis de ansiedad están presentes las cogniciones anticipatorias negativas y catastróficas, que ayudan a mantener los síntomas, además de una respuesta neurovegetativa. Pero la ansiedad será psicopatológica cuando sobrepasen los recursos que presenta el paciente, ya sea por su carácter, intensidad, patogenia y posibilidades terapéuticas (Zerquera, 2005).

La ansiedad aumenta más en mujeres que en hombres, se presenta en grupos de personas con mayor nivel educativo y socioeconómico y es un fenómeno casi exclusivamente urbano (Tobar, 2003). Se presenta en un 70% en los pacientes psiquiátricos y en un 30% en pacientes que concurren a otras especialidades clínicas (Zerquera, 2005).

Uno de los grupos prevalentes en la actualidad son los relacionados con trastornos de ansiedad. Una de las mayores manifestaciones del aumento de los trastornos de ansiedad es a causa del incremento de los sedantes que aumenta más en mujeres que en hombres, es un fenómeno casi exclusivamente urbano, concentrado en grupos de mayor nivel socioeconómico y mayor nivel educativo (Tobar, 2003).

Manejo del entorno del paciente. Los pacientes que sufren de ansiedad requieren de un apoyo social por parte de familiares y amigos, siendo estos colaboradores del terapeuta en el tratamiento del paciente (Zerquera, 2005).

Magnitudes de la ansiedad. La ansiedad puede ser ligera en donde los síntomas son mínimos y no le entorpecen el manejo de sus actividades cotidianas; puede ser moderado por la intensidad donde los síntomas neurovegetativos y los temores le impiden la realización de sus actividades diarias; y puede ser severa o grave cuando necesite atención de urgencia debido a las crisis de pánico frecuentes (Zerquera, 2005).

Naturaleza de la respuesta de ansiedad. La ansiedad tiene un componente cognitivo con características tales como: se ve incapaz de realizar una tarea; su atención esta focalizada en las consecuencias negativas; anticipa y espera el fracaso y la pérdida de estima por parte de los demás (Bermudez, 2001)

Efecto interferente de la ansiedad. El sujeto con altos niveles de ansiedad rinde peor ya que tiene que repartir su limitada capacidad de procesamiento entre las demandas puestas por la tarea y las demandas cognitivas asociadas a la ansiedad (Bermudez, 2001).

Dimensión cognitiva, fisiológica y motora de la ansiedad. La ansiedad como emoción negativa implica una respuesta fisiológica, cognitiva y motriz. A nivel fisiológico el sistema nervioso autónomo se activa automáticamente y de forma involuntaria cuando se identifica alguna amenaza. A nivel de las respuestas cognitivas hay una preocupación, anticipación, hipervigilancia, temor, inseguridad, sensación de pérdida de control y la percepción de fuertes cambios fisiológicos como cardíacos y/o respiratorios. Ya a un nivel de respuestas motoras se encuentran las conductas orientadas hacia el afrontamiento de la situación, de las que son más habituales: Confrontación, distanciamiento, autocontrol, búsqueda de apoyo social, etc. (Piqueras, et als., 2008).


Autora: Lic. Rhiner Vanesa.

Bibliografia:
Bermúdez, J. (2001). Psicología de la personalidad. Ansiedad y procesos cognitivos. Primera edición. Encuadernación rústica: España.

Piqueras, J. A, Martínez, A. E., Ramos, V., Rivero, R., García, L. J. y Oblitas, L. A. (2008). Ansiedad, depresión y salud. Suma Psicológica, 15(1).

Tobar, F. (2003). Tendencias económicas y epidemiologicas en salud mental. Programa de Investigación Aplicada-Isalud.

Zerquera, E. D. (2005). Ansiedad. Diagnóstico y tratamiento.

La Depresión



Definición. La depresión psicógena tiene su origen en conflictos psicológicos y surge a partir de una causa evidente por lo que se la considera reactiva. Presenta menos síntomas físicos que la de origen orgánico y surge como consecuencia de carencias en la infancia, eventos traumáticos, pérdidas significativas, abandono, padres emocionalmente distantes, atmósfera hogareña hostil y agresiva, abuso sexual y/o emocional, enfermedad física, estrés prolongado, etc. (Lemus, 2005).

En el caso de la depresión endógena u orgánica, tiene como origen un desorden fisiológico. Hay diferentes tipos de ésta depresión, como ser la depresión mayor (originada por una disfunción bioquímica del cerebro, es hereditaria y contiene por tanto un elemento genético. Por lo que al explorar el árbol genealógico es común encontrar a familiares que hayan padecido depresión e incluso llegado al suicidio. Se presenta como crisis o episodios depresivos alternados con períodos de normalidad); la distimia o depresión crónica (estado depresivo de por lo menos dos años en que la persona está depresiva la mayor parte del tiempo, casi todos los días); ladepresión bipolar o neurosis maníaco-depresiva (es una alternación de períodos de estado depresivo profundo a estados de euforia e hiperactividad); la depresión tóxica (presenta su origen bajo el uso o abuso de algunos fármacos, abuso de alcohol o secuelas de enfermedades virales), y por último la depresión post-parto, que puede presentarse al tercer o cuarto día luego del parto y puede durar una semana aproximadamente.

La depresión en general es un estado de ánimo que se caracteriza por anhedonia, que es la incapacidad de disfrutar y de interesarse por las cosas, una disminución de la vitalidad, cansancio exagerado que aparece luego de realizar un esfuerzo mínimo, casi todos los días, durante dos semanas o más. También deben estar presentes al menos dos de los siguientes síntomas: disminución de atención y concentración, ideas de culpa y de inutilidad, pensamientos suicidas, autoagresiones, trastorno del sueño, pérdida o aumento del apetito, visión sombría del futuro, sentimientos de inferioridad y pérdida de autoconfianza (The ICD-10 Classification of Mental and Behavioral Disorders. Ginebra, 1992, citado por Espinosa, Caraveo, Zamora, Arronte, Krug, Olivares, Reyes, Tapia, García, Doubova y Peña, 2007).


Descripción de la enfermedad
La depresión es un problema que afecta cerca de 121 millones de personas de la población mundial. Sus características principales giran en torno a un cambio en el estado de ánimo, el sueño y en el funcionamiento en general (Moussavi 2007; World Health Organization 2000, citados por Moratos, Gold, Wang y Creawford, 2008). Llega a afectar a personas de todos los sexos, edades y contextos (World Health Organization, 2001, citado por Moratos, et als., 2008).

Los síntomas incluyen: anhedonia, fatiga, deterioro de la capacidad de concentración (World Health Organization, 1992, citado por Moratos, et als., 2008), pero también se caracteriza por una disminución de la autoestima y sentimientos de culpa. En los casos extremos puede desencadenar intentos de suicidio y hasta la consumación del mismo. Los síntomas se agrupan en cuatro tipos (afectivos, cognitivos, conductuales y físicos). Dentro de los síntomas afectivos se encuentran el humor bajo, desánimo y tristeza. Dentro de los síntomas cognitivos se presentan los pensamientos negativos sobre sí mismo, el mundo y el futuro. En los síntomas conductuales hay una disminución de la actividad social y conductas que solían ser habituales, también se presenta una lentitud al andar y al hablar, desgano o una agitación motora. Y por último, los síntomas físicos que pueden variar en cuanto a la disminución o incremento, pero estarían los relativos al sueño, apetito, falta de energía, etc. (Pérez Álvarez y García Monto, 2001).

Criterio diagnóstico del DSM-IV para depresión mayor

A. Presencia de cinco (o más) de los siguientes síntomas durante un período de 2 semanas, que representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de los síntomas debe ser (1) estado de ánimo depresivo o (2) pérdida de interés o de la capacidad para el placer.(DSM IV, Pichot, Aliño y Miyar, 1995).

(1) estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo indica el propio sujeto (p. ej., se siente triste o vacío) o la observación realizada por otros (p. ej., llanto).

(2) disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día, casi cada día (según refiere el propio sujeto u observan los demás).

(3) pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso (p. ej., un cambio de más del 5 % del peso corporal en 1 mes), o pérdida o aumento del apetito casi cada día.

(4) insomnio o hipersomnia casi cada día.

(5) agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los demás, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido).

(6) fatiga o pérdida de energía casi cada día.

(7) sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser delirantes) casi cada día (no los simples autorreproches o culpabilidad por el hecho de estar enfermo).


(8) disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena).

(9) pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan específico para suicidarse.

B. Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto.

C. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

D. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) o una enfermedad médica (p. ej., hipotiroidismo).

E. Los síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej., después de la pérdida de un ser querido), los síntomas persisten durante más de 2 meses o se caracterizan por una acusada incapacidad funcional, preocupaciones mórbidas de inutilidad, ideación suicida, síntomas psicóticos o enlentecimiento psicomotor.



Características Diagnósticas

Los criterios para especificar la gravedad de la depresión dependen de sus síntomas. En el síndrome depresivodeben haber por lo menos tres síntomas del criterio A y B. se trataría de pacientes en riesgo y que tendrían la necesidad de consejería médica (Espinosa, et als., 2007).

La depresión puede presentar tres posibles apariciones: leve, moderada o grave. En la depresión leve debe haber dos de los tres síntomas del criterio A, más dos de los síntomas complementarios del criterio B. Y puede haber una dificultad en lo social y laboral. En la depresión moderada debe haber al menos dos de los tres síntomas del criterio A, más tres o más del criterio B. además de presentar dificultades graves en lo social y laboral. Ya en la depresión grave debe haber los tres síntomas del criterio A y por lo menos cuatro del criterio B, aparece el riesgo del suicidio y graves dificultades en lo social y laboral (Espinosa, et als., 2007).

Hallazgos de enfermedades médicas asociadas

Existen diversas formas en que la depresión puede relacionarse con las enfermedades médicas. Ya sea que la enfermedad médica cause la depresión, que la enfermedad médica facilite la depresión a causa de una susceptibilidad del paciente al medio, que ambos cuadros preexistan independistamente uno del otro, que el enfermo médico funcione de forma desadaptativa como consecuencia del pronóstico y síntomas de la enfermedad médica o que los síntomas depresivos surjan a causa de el consumo de fármacos (Serrano, 2002).

Algunas de las enfermedades médicas cuya primera manifestación es el síndrome depresivo son: Patología tiroidea (Hipertiroidismo y Hipotiroidismo), Enfermedad de Cushing, Hiperparatiroidismo, Carcinoma de páncreas, Tumores del Sistema Nervioso Central ,Enfermedad de Parkinson, Enfermedad de Huntington, Demencia de Alzheimer, Enfermedad de Wilson, Esclerosis múltiple y Porfiria aguda intermitente.

Pero también el síndrome depresivo es frecuente en enfermedades como la Epilepsia, Cefaleas, Enfermedad de Addison, Hipovitaminosis, Lupus eritematoso sistémico, Enfermedad de Lyme y Mononucleosis infecciosa (Serrano, 2002).


Síntomas dependientes de edad y sexo

La depresión suele ser una experiencia diferente en las mujeres, dependiendo si ocurre durante la etapa reproductora, en alguna etapa de la vida en especial, en el embarazo, con el síndrome premenstrual, en el período postparto o la menopausia (Tobar, 2003).


Prevalencia

Según un capítulo del trabajo titulado “La salud de las Américas” (OPS-OMS, 1998), donde se observan los trastornos mentales en la Argentina, la información sobre la prevalencia de las enfermedades mentales es muy escasa. Pero señala que los más afectados son el grupo de personas entre los 30 y 55 años de edad. Según la Organización Mundial de la Salud dentro de los trastornos representativos en el 2001, se encuentran los desórdenes depresivos que llegaron a alcanzar a 340 millones de personas a nivel mundial (Shapira, 2001).


Etiopatología

La depresión puede aparecer debido a los genes, pero si bien los genes predisponen al individuo a la enfermedad, esto no es suficiente para que ella se presente. Generalmente los desencadenantes de la depresión, pueden ser hechos estresantes o tener una vida infeliz. Se puede originar por: alcoholismo o drogadicción, maltrato o rechazo en la infancia, estrés cónico, la muerte de un ser querido, desilusión, medicamentos como tranquilizantes y antihipertensivos, enfermedades como hipotiroidismo, cáncer, hepatitis, deficiencias nutricionales como falta de folato y ácidos grasos omega 3, pensamientos negativos, un dolor prolongado o tener una enfermedad grave, problemas de sueño, aislamiento social, etc. (Tango, 2007/2008).

No se ha logrado establecer una causa directa que desencadene esta patología, aunque se evidencian causas de origen genético, hereditario, aspectos anatomofuncionales, psicofisiologicos, neuroquímicos, cronobiológicos, neuroendocrinológicos, estacionales, de personalidad, identidad y psicosociales (Del Pilar Sarmiento, 2005).


Autora: Lic. Rhiner Vanesa

Bibliografía:
Del Pilar, S., (2005). Musicoterapia en un caso de trastorno del ánimo:depresión, neurosis severa.

Espinosa, Caraveo, Zamora, Arronte, Krug, Olivares, Reyes, Tapia, García, Doubova y Peña. (2007). Guía de práctica clínica para el diagnóstico y tratamiento de depresión en los adultos mayores. Revista electrónica de salud mental, 30(6).

Lemus, M. T. (2005), Depresión y suicidio. Herencia del mundo moderno.

Moratos A., Gold, C., Wong, X. y Crawford, M. (2008). Musicoterapia para la depresión. Cochrane plus, 2. Obtenido el 25 de marzo de 2009 de la base de datos Cochrane plus.

Pérez Alvarez, M. y García Montes, J. M. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para la depresión.Psicothema, 13(003). 493-510.

Pichot, P., Aliño, J. J. y Miyar, M. V. (1995). DSM-IV. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales.Barcelona: Masson.

Serrano, F. (2002). Depresión en enfermedades médicas. Anales. Del Sistema Sanitario de Navarra, 25(3), 137.

Shapiro, V. (2001, 7 de abril). Angustia y depresión, una amenaza creciente. Ciencia y salud. La Nación.

Tobar, F. (2003). Tendencias económicas y epidemiologicas en salud mental. Programa de Investigación Aplicada-Isalud.

Tango (2007). Depresión. Extraído el 10 de abril de 2008 desde: http://http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/ article/003213.htm.